lunes, 21 de marzo de 2016

CONFLICTO

Entendiendo el conflicto como una incompatibilidad entre conductas, percepciones, objetivos o afectos entre individuos y grupos que definen estas metas como mutuamente incompatibles, podemos decir que en éste intervienen conducta y afectos, elementos básicos del conflicto.

El desencadenamiento de un conflicto es el resultado de una función de la conducta recíproca: A reacciona frente a lo que considera que B le hace pero B interpreta esto como una reacción de agresividad por parte de A hacia él.

Lo que es construido como autodefensa en una de las partes, se entiende como ataque intencional por parte del otro generándose así un ciclo de ataque - respuesta agresiva - ”defensa” - contraataque.

Esto desencadena estilos personales de conducta habitual en el manejo de conflictos que generan respuestas agresivas de otras personas y así se inicia el ciclo. Esta secuencia de acciones propias y respuestas ajenas de la agresión se incorporan a las entidades de manera permanente. De esta forma, una cultura social agresiva se nutre y reproduce a través de conductas individuales agresivas a las cuales justifica en un círculo difícil de romper.

CÓMO MANEJAR LOS CONFLICTOS

Para manejar los conflictos se necesitan varias habilidades:
1. La habilidad de comprender sus propios sentimientos hacia el conflicto. Esto significa reconocer la causa del conflicto, o sea, las palabras o acciones que inmediatamente provocan en usted una reacción emocional como el enojo o la ira. Una vez reconocida la causa del conflicto será más fácil controlar las emociones.

2. La habilidad de escuchar atentamente. Se debe tratar de comprender lo que la otra persona está diciendo.
Escuche con todo cuidado en lugar de pensar en lo que deberá decir usted después. Escuchar atentamente requiere concentración y lenguaje corporal que indique que usted está prestando atención.

3. La habilidad de brindar opciones para resolver el conflicto.
Muchas personas sólo pueden concebir dos maneras de manejar el conflicto – pelear o evitar el problema. Asegúrese de que sus datos son los correctos, explore todas las ideas que pueden ayudarle a resolver la discusión y debata los pros, los contras y las consecuencias.


¿CÓMO DESCUBRIR EL CONFLICTO REAL?

La persona interesada en resolver el conflicto debe recordar que existen diferentes vías para definir o formular un conflicto y que el modo de definir un conflicto afecta los resultados como la preferencia por ciertas soluciones y la satisfacción con la solución obtenida; por lo tanto, es importante elaborar formulaciones alternativas del conflicto.

A menudo, una solución puede ser probada como insatisfactoria porque no fue descrito el conflicto más importante, básico o primario. El conflicto básico en algunas instancias puede ser el primer conflicto en la cadena causa-efecto del conflicto principal, donde el conflicto A causa el conflicto B, el cual a su vez causa el conflicto C. En vez de centrarse en el conflicto C, es recomendable identificar el conflicto A y resolverlo primeramente porque es posible que la solución del conflicto A elimine los restantes conflictos.


En otros casos, la solución puede resultar inadecuada porque el conflicto específico sobre el que se centró la resolución puede ser sólo una parte de un conflicto más importante o amplio que no ha sido reconocido. Puede ser más eficiente y efectivo trabajar sobre conflictos más amplios en vez de centrarse en un conflicto específico.

Recuperado de http://www.psicok.es/guides/enfrentandounconflicto

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